Navegare noche adentro en tus ensueños



Navegaré noche adentro en tus ensueños,
Para reconocerme ahí con voz de luna,
Andaré sueño adentro mis desvelos,
Y robare un instante a la fortuna.

Ávido de ti, con hambre voraz de fantasías,
Recorreré caminos de secretos,
Soñaré pues no tengo más remedio,
Con tus manos llenando mi vacío.

Retaré sin temores al abismo,
Dispuesto a enamorar al amor mismo.
Sonreiré complacido ante el concierto
De las hojas de los árboles y el viento.

Invitaré al tiempo a beber cielo,
A ver si así lo distraigo de su paso.
Miraré alma abierta cada ocaso,
Para ser un poco sol, ola y silencio.

Hablaré con tierno afán con mis zapatos
Para ver si me regalan sus recuerdos.
Al aire hoy daré un fuerte aplauso,
Por ser mi cómplice, mi amigo y mi testigo.

Cantaré por cantar, ojos cerrados,
Abrazo a mi guitarra y mi poesía,
Viviré sin dudar y sin censura,
Desnudo y con el sol como armadura.

Rodaré sin destino aparente,
Más pleno en libertad como hace el llanto.
Seré asiduo espectador de las estrellas,
Lanzándoles mi amor ilusionado.

Daré hoy oportunidad a ese suspiro
De contarme sus penas y dolencias,
Le pediré me explique su insistencia,
Por vivir en mi, de mi y conmigo.

Abriré mi fe de par en par con inocencia,
Dejando que se pose lo divino,
Que me llene de esperanza permanente,
Que le de a mi Valentía al fin sentido.

Repetiré mi nombre al infinito,
Lo diré de mil formas y maneras,
Para ver si la historia se lo aprende,
Y le cuenta de mi a la primavera.

Sembraré con plegarias un jardín,
Con flores de oración al universo,
Haré que cuando leas cada verso,
Recuerdes sin dudar que somos uno.

Mi Dios



Quiero estar bien
y ya no sé cómo hacerlo
sé satisfacer el cuerpo
que se muere día a día.

El hambre de sustancias
nauseabundas en conjunto
que llevan los gusanos
bien adentro.

Me gusta cuando escucho
a los que hablan
de un futuro que vendrá
y no entienden ni siquiera por qué viven.

Ya lo que viene es mejor, suelen decir;
era lo que Dios quería
¿de que Dios me hablan?
su Dios y el mío no es el mismo.

El suyo se ha ocultado detrás de la mentira
de la culpa regalada,
de la herencia de dolor
y la de sangre.

El mío me permite ser su dueño
se oculta entre las hojas secas rotas
se asoma entre las alas de palomas
matiza el cielo de color de rosa,

Mantiene a flote el globo
que hace hermosa
la sonrisa de los niños
mi Dios goza.

Goza cuando la música grita fuerte
cuando los labios de los jóvenes se tocan
cuando los perros se revuelcan en la tierra
y los pandas comen más de lo que pesan.

Goza el canto del delfín y el de la abuela
goza el guiso y el aroma de la tierra
es tan hombre y tan mujer como ninguno
es mi héroe, mi cariño, él es mi amigo.

Ve a buscarlo tú en manada,
ve pastando en el gris cemento, frío esclavo
ve por dosis en gotero, ve por nada,
por limosnas, por mentiras y estructuras.

Ve por piernas, brazos, lengua, sangre y clavos
llora y gime de rodillas, paga amparos.

La piel se va secando
sin sentido
tú vives de esperanzas
¿Más que esperas?

Mi Dios esta conmigo
mientras canto
viene a mi y esta conmigo
cuando caigo.

Me acompaña cuando bebo de la noche
cuando el humo de los otros me ilumina
cuando corro y me desnudo como niño
y visto de mentiras lo oportuno.

Cuando araño las paredes, cuando lloro,
si golpeó, si me rompo, si me matan,
no se aparta de mi lado aunque tratan,
los que venden diariamente peroratas,
de arrancarlo de mi alma tristes vacas.

Soy con él el más humilde limosnero.
Soy zacate, soy rastrojo, soy esmero.
Soy la tinta de la pluma; soy sincero.
Soy con él un poco Dios, soy lo que quiero.

El duende de la esperanza



Ahí escondido entre la noche y un suspiro
habita el duende gris y azul de la esperanza
que se sonríe y con su mirada mansa
espera al tiempo a que regrese con su amigo.

Amigo fiel que supo ser su amigo
caricia firme, mano que rescata
presencia siempre, pero presencia grata
de un niño humano que al duende dió cobijo.

Pasaba el tiempo, que es lo que el tiempo hace
el duende flaco y con frío en la garganta
seguía mirando sin mirar hacia el vacío
y creyendo aún como nadie más creía.

Y a punto ya de fallecer el duende.
Tocó su espalda la mano conocida
mas no era el rostro que su mente veía
muchos años contaban las arrugas.

Se vieron lento y el duende fue espontáneo
el hombre aquél ya no sabía cómo
pero lloraron juntos sellando con su abrazo
el pacto eterno de no alejarse nunca.

El hombre así sonrió con esperanza.
Halló el camino de vuelta a ser un niño
el duende supo su trabajo al fin cumplido
al ver al hombre aquél jugar con el rocío.

A esa promesa



Como una luz difusa
allá a lo lejos
en una oscuridad
casi completa.

Ahí te encuentro a ti,
sin nombre, sin rostro,
sin pasado, sin futuro,
mi promesa pura de amor.

En un instante pleno
repleto de suspiros
la mirada solo vaga
con deseos de encallar.

Acaricio a las estrellas
a esas que aunque no las veo
se que están ahí,
detrás del nublado lienzo de mi noche.

Duele la carencia del abrazo
ese que tibio relaja mis sentidos
y va rompiendo mis barreras
con el íntimo latir de la ternura.

Es saber sin duda alguna
que se rompió mi esencia,
que renunció mi fuerza,
que muere parte de mi ser con amargura.

Es extrañar sentirse bien,
extrañar sentirse amado,
habitando el útero irrompible
de un milagro.

Mi fe, mi certeza en el amor,
es la mirada perdida del demente,
que apunta hacia la luna,
para señalar su hogar y su guarida.

Cuándo guardo silencio
me aburro de mí mismo
masticar nuevamente historias grises
y rumiar la enseñanza del fracaso.

Y al hablar he visto
cómo algunos me han llamado
inclusive afortunado,
por haber vivido así y sentido tanto.

No hay nada mas seguro y temeroso,
que vivir el dolor de lejos,
que llorar por contagio en la tristeza
y mirar la agonía que se aleja.

¡Pero bendito es el que vive con la duda!
del dolor, angustia, muerte y vida,
y va en el viento viajando
en una hoja.

Miro a mi alrededor la luz persiste,
artificio del hombre que ambicioso,
suplantó a la luna y a su brillo cadencioso
y me dejó sin ojos, para ver lo que ahí existe.

¿Cómo atrapar la dicha o la sonrisa,
dentro del corazón; no en una foto vieja?
¿Cómo retengo ése día en mi memoria,
en que el destino entero me habló por vez primera?

Mi cuerpo sigue en pie,
mas no mi alma,
ella se retiró de mí sin brillo,
mirando mi lamento que no acaba.

¡Y me alcanzó el futuro!
la profecía no cumplió con esa fecha,
no toque el cielo, no desplegué mis alas,
¡no fui, no soy!! ya no seré!

Qué me queda
sino hablar de la promesa,
esa eterna e infecciosa
que te arrastra.

Es que te ciega por voluntad propia,
y por anhelo,
ésa que te cobra en sangre,
sudor, llanto y desvelo.

No me queda si no contar de la promesa,
como ése que vio aquel cometa
de cauda tornasol
quemando estrellas.

Como el que vió a un gigante
decorar con nieve los volcanes
o exprimir cada nube en su camino
para hacer así, nacer un río.

No me queda mas que aullar por la promesa,
esa que incendia el pecho y las entrañas.

Esa que es fuerza bruta
y tempestad altiva
esa que marca tu sino
hacia la frustración eterna.

No me queda más,
que gritar que esa promesa,
es veneno que asesina, que hace a príncipes dejar trono y fortuna,
los hace hacerse amigos del mendigo,
persiguiendo ese segundo, tan repleto de promesa.

No me queda más, que rendirme a la promesa,
a esa que habla de amor, del amor puro,
del amor mas perfecto y mas sincero.

No me queda más,
que ver al infinito
y gritarle a esa promesa… ¡¡¡Yo te creo!!!

Baila con el amor



Baila con el amor, cuando la noche cae
Siente su sencillez, su humanidad,
Baila con el amor para sentirte vivo
Para saber que el mundo es un lugar mejor.

Baila con el amor despacio asi sin tiempo,
Deten tu respiración para poderle ver,
Baila con el amor bajo la luna llena
Deja que los hechizos acaricien bien tu piel.

Baila con el amor, con musica de grillos,
Con sonrisas de niños, con un dulce cantar,
Baila con el amor cuando se pone el dia
Disfruta su alegria derráma su cancion.

Baila con el amor, para que sienta siempre
Para que nunca se le ocurra huir, volar, partir,
Baila con el amor y abrazale muy fuerte
Para que viva siempre fundido asi en los dos.