Mi Dios



Quiero estar bien
y ya no sé cómo hacerlo
sé satisfacer el cuerpo
que se muere día a día.

El hambre de sustancias
nauseabundas en conjunto
que llevan los gusanos
bien adentro.

Me gusta cuando escucho
a los que hablan
de un futuro que vendrá
y no entienden ni siquiera por qué viven.

Ya lo que viene es mejor, suelen decir;
era lo que Dios quería
¿de que Dios me hablan?
su Dios y el mío no es el mismo.

El suyo se ha ocultado detrás de la mentira
de la culpa regalada,
de la herencia de dolor
y la de sangre.

El mío me permite ser su dueño
se oculta entre las hojas secas rotas
se asoma entre las alas de palomas
matiza el cielo de color de rosa,

Mantiene a flote el globo
que hace hermosa
la sonrisa de los niños
mi Dios goza.

Goza cuando la música grita fuerte
cuando los labios de los jóvenes se tocan
cuando los perros se revuelcan en la tierra
y los pandas comen más de lo que pesan.

Goza el canto del delfín y el de la abuela
goza el guiso y el aroma de la tierra
es tan hombre y tan mujer como ninguno
es mi héroe, mi cariño, él es mi amigo.

Ve a buscarlo tú en manada,
ve pastando en el gris cemento, frío esclavo
ve por dosis en gotero, ve por nada,
por limosnas, por mentiras y estructuras.

Ve por piernas, brazos, lengua, sangre y clavos
llora y gime de rodillas, paga amparos.

La piel se va secando
sin sentido
tú vives de esperanzas
¿Más que esperas?

Mi Dios esta conmigo
mientras canto
viene a mi y esta conmigo
cuando caigo.

Me acompaña cuando bebo de la noche
cuando el humo de los otros me ilumina
cuando corro y me desnudo como niño
y visto de mentiras lo oportuno.

Cuando araño las paredes, cuando lloro,
si golpeó, si me rompo, si me matan,
no se aparta de mi lado aunque tratan,
los que venden diariamente peroratas,
de arrancarlo de mi alma tristes vacas.

Soy con él el más humilde limosnero.
Soy zacate, soy rastrojo, soy esmero.
Soy la tinta de la pluma; soy sincero.
Soy con él un poco Dios, soy lo que quiero.