Déjame vestirte toda



Déjame vestirte toda,

de esperanza y de sonrisa,

déjame cubrirte entera,

con costura hecha de sueños.

 
Déjame sentir tu frío,

para así entenderte toda,

por las noches ser tu manto,

y proteger al amor.

 
 Déjame vestirte de caricias,

de ilusiones, de ternura,

déjame darte  dulzura,

en un abrazo de amor.

 
Déjame sentir tu miedo,

que me erice por completo,

que me recorra la espalda,

y cuando confiado y terco,

el miedo se sienta grande;

lo destroce y te lo arranque,

del corazón de un tirón.

 
Déjame vestirte toda,

por completo de alegría,

la sacaré del recuerdo,

de los libros, de los cuentos.

La sacaré como sea y te juro,

que te vestiré de cielo.

 
Déjame vestirte vida,

de miradas que platiquen,

que trepen, jueguen y brinquen,

en tus hombros y en tus labios,

y se posen suavecito en tus ojos

y en tus manos.

 
Déjame vestirte ahora,

que tengo el deseo dentro,

antes de que el descontento,

vuelva a mi como una ola.

 
Déjame vestirte lento,

para que con picardía,

me aprenda tu geografía,

me aprenda tu desnudez.

 
Déjame vestirte siempre,

o mientras la vida alcance,

y en un te amo constante,

vestirte con mucho amor.