Seré breve



Duele la maldita brevedad de mi embeleso,
duele vestir de adioses cada rezo,
sin dirección alguna, así nomás,
así perdido.

Duele cuando se entiende tiempo-espacio,
lo ínfimo del diario ir y venir
de una y mil eras.

La brevedad del beso,
que marca con saliva un vigoroso pacto,
lleno de humanidad y de amor santo.

Pero se paran, se detienen esos labios,
sólo para reconocerse separados,
lejos uno del otro condenados,
a mendigar oscuridad con fiel reclamo.

Es breve aquel instante misterioso
en que el ave verde jade vuela y zumba
mostrando su figura pequeñita,
con forma de milagro y colibrí.

Es breve lo que dura la palabra,
entre la boca, la garganta que la emite
y el oído que está lejos,
que la escucha.

Más breve aún es el mensaje que pretende,
con alma hecha de fuego,
marcar vidas inyectándoles
con savia hecha de luna.

Es breve la presencia que me anima
posándose en mi piel, la catarina,
que abriendo ya sus alas va y se aleja,
dejándome recuerdos, moralejas.

Es breve la caricia acompasada,
más breve es aún esa mirada
que por mucho que pretenda seguir fija,
se pierde y se aleja de su amada.

Que breve fue mi infancia, la recuerdo,
apenas en las noches, madrugadas;
fue breve el tiempo del afecto,
breve el juego, la sonrisa, la esperanza.

Breve la inocencia hoy convertida
en monstruo miserable que se aleja,
hacia un retiro cruel,
mentiras viejas.

Breve la sonrisa,
breve el llanto,
breve el espacio
que Milanés pregona.

Breve la fuerza
de todas las personas
breve el deseo,
breves las olas.

Si recorriera ayeres, si pudiera;
vería en un instante media vida,
como cuentan aquéllos que a la muerte,
han podido ganarle una partida.

Breve tú, breve yo,
breves los mundos, que miran hacia el nuestro, desolados;
sin entender por qué nuestros soldados
son niños que van asesinando a sus banderas.

Breve la flor,
breve es el fruto,
breve es el agua convertida en ocasiones
en rocío.

Otras veces disfrazada de agonía
recorriendo cuesta abajo
las mejillas.

¡Caray!, cómo es de breve, la caricia que se regala
hecha canción y melodía,
que breves son las horas de mi sueño,
aunque parezca estar dormido todo el día.

Y así cubierto de brevedad completa,
de insultos e improperios me despojo,
para purgar un poco de mi enojo,
por no entender lo breve de mi historia,

Ésa que junto a ti me supo a gloria,
y hoy es sólo un recuerdo en mi memoria,
si breve es todo lo que vive junto.

¿Por qué no se termina éste dolor que siento
de ver la brevedad que represento
en tu vida, en tu quehacer,
y en tu alegría?

Breve sombra, breve arrullo, breve cuento
que arranca y despelleja,
furia y celo.

Breve todo o casi todo ahora lo entiendo,
sólo Dios se quedará para el momento,
en que baje su telón el universo.

Breve nombre, breve suspiro,
breve intento de detenerlo todo,
en el silencio de tu espalda desnuda, al descubierto.

Breve adiós,
breve llanto,
breve siento; que entre tanta brevedad al fin me pierdo.

Breve adiós,
breve llanto,
breve siento; que entre tanta brevedad al fin te pierdo.