Tú, que añoras la luz



Tú, que añoras la luz,
¡cuánto te quiero!
tu deseo tan humano, tan tangible, tan real,
hecho de semillas de vergel y de canciones,
hecho de caricias, abrazos e ilusiones.

Tú, que añoras la paz,
¡cuánto te quiero!
esa paz del cariño más sincero
del beso de la mujer, que te ame entero,
esa paz hecha de nubes y embelesos,
esa paz hecha de sueños y conejos.

Tú, que añoras ser feliz,
¡cuánto te quiero!
ser feliz cuando las manos te acarician,
cuando lo material se vuelve trono de tus alas,
ser feliz cuando te ríes
y un entorno te acompaña.

Tú, que añoras el amor,
¡cuánto te admiro!
por tu fe, bello cobijo del nacimiento
del alma y la inocencia.
Tú que añoras el amor te lo aseguro,
este mundo será tuyo, cuando los que como yo,
sin nada; se retiren en silencio,
para en oración profunda, celebrar tu gran empeño.

Tú, que vives por tus metas,
¡yo te digo!
sigue y lucha que tu fuerza,
le da vida a los gusanos y a la hormiga,
para construir imperios de cenizas,
para demostrar al mundo día a día,
que eres príncipe del cielo y alegría.

Tú, que añoras el amor,
¡cuánto te quiero!